El calendario de estudio es tu mejor aliado. Divide el temario en bloques semanales y establece objetivos claros para cada jornada. Esto te permitirá avanzar de forma progresiva sin sentirte desbordado. Usa herramientas como agendas digitales o aplicaciones móviles para tener siempre visible tu planificación.
Es fundamental incluir descansos y días de repaso en tu calendario. Dejar huecos para repasar lo aprendido refuerza la memoria a largo plazo. Además, si surge algún imprevisto, contar con días libres en tu planificación evita que te retrases. Un calendario flexible es más efectivo que uno demasiado rígido.